El pagaré
Historia del contenido literalizado, desde la narrativa de Willian Shakespeare
El Mercader de Venecia, es una obra escrita por el ilustre dramaturgo, Shakespeare, en el siglo XVI, aproximadamente en 1596.
E
n una aparte de dicha narrativa se hace alusión a un negocio jurídico de préstamo de dinero. Hoy por hoy, conocido como el contrato de mutuo. Por virtud de dicho negocio jurídico se hizo una promesa de pago, acto este último, que constituye una aproximación al título valor: el pagaré.
La historia es la siguiente
Bassanio, era ciudadano de Venecia, pretendía enamorar a Porcia, pero no contaba con dinero suficiente. Acude a su amigo Antonio, para obtener la cantidad de 3.000 ducanos (moneda de oro, oficial para la época).
Antonio, comerciante, no contaba con dicho dinero, pero ante la noble causa de su amigo, decide pedirle prestado a Shylock, comerciante de origen judío, adinerado, prestamista y usurero.
Shylock, pese a la enemistad con Antonio, acepta prestar el dinero. Con la condición de que, si la suma no es devuelta en la fecha indicada, Antonio tendrá que dar una libra de su propia carne de la parte del cuerpo que Shylock dispusiera.
Firma del contrato
Acuden donde el notario y éstos fueron los términos de la promesa de pago:
“Venid conmigo a casa de un notario, me firmaréis allí simplemente vuestro pagaré, y a manera de broma será estipulado que, si no pagáis tal día, en tal lugar, la suma o las sumas convenidas, la penalidad consistirá en una libra exacta de vuestra hermosa carne, que podrá ser escogida y cortada de no importa qué parte de vuestro cuerpo que me plazca.” (Acto Primero, Escena III pag. 13).
Dadle las instrucciones necesarias al notario, le dijo Shylock a Antonio, “… para este divertido documento, y a mi llegada os embolsaré inmediatamente los ducados …” (pag. 14).
Incumplimiento del contrato
Llegada la época del pago, Antonio le dice a Bassanio, que los barcos se han perdido. Mis acreedores se muestran crueles, mi fortuna está en lo más bajo, “… mi pagaré suscrito al judío (refiriéndose a Shylock, el acreedor) no ha sido satisfecho en su plazo, no pagándole es imposible que yo viva …” Acto segundo, escena II, pag. 42).
El juicio
Pese a los ruegos de Antonio el acreedor, Shylock, se niega a escuchar su calamidad, y le dice: “ quiero que se cumplan las condiciones de mi pagaré …” (Pag. 43).
La audiencia se celebra en la sala de justicia de Venecia (Acto cuarto escena I). Presente Antonio ante el Dux (juez), éste le dice: “Lo deploro por tí; pero has sido llamado a responder a un enemigo de piedra, a un miserable inhumano, incapaz de piedad, cuyo corazón vacío está seco de l más pequeña gota de clemencia” (pag. 48).
Shylock, en la audiencia le dice al juez: “He informado a vuestra gracia de mis intenciones, y he jurado por nuestro Sábado Santo obtener la ejecución de la cláusula penal de mi contrato; si me la negáis, que el daño que resulte de ello recaiga sobre la constituciones y libertades de vuestra ciudad.” y más adelante apuntó: “esta libra de carne que le reclamo la he comprado cara, es mía y la tendré. Si me la negáis, anatema contra vuestra ley. Los decreto de Venecia, desde ahora, no tienen fuerza. Espero de voz justicia “ (Acto cuarto escena I, pag. 50).
La defensa
Porcia, la amada de Bassanio, acude al Tribunal, en traje de doctor en leyes, bajo el nombre o seudónimo de Baltasar. Dijo ir de parte del doctor Belario; respetado abogado de Venecia. Toma la palabra y respecto a la demanda y ejecución del pagaré, dice a Shylock:
“La demanda que hacéis es de naturaleza extraña, y, sin embargo, de tal manera legal, que la ley veneciana no puede impediros proseguirla…”, lo que Antonio asintió y, también reconoció el pagaré. (Acto cuarto escena I, Pag. 52)
Frente a la confesión de Antonio, Porcia (o sea Baltasar), señala que Shylock, debe mostrarse misericordioso. Ante el asombro de éste, continúa:
“… la clemencia está por encima de esa autoridad del cetro; (…) es un atributo de Dios mismos, y el poder terrestre se aproxima tanto como es posible al poder de Dios cuando la clemencia atempera la justicia. …” (Acto cuarto escena I, Pag. 52)
Por consiguiente, judío, continúo Porcia, aunque la justicia sea tu punto de apoyo, considera bien esto: que en estricta justicia ninguno de nosotros encontrará salvación, rogamos para solicitar clemencia y el ruego no es enseña que: “… debemos mostrarnos clementes con nosotros mismos.”. Bajo lo cual concluyó que si Shylock, continuaba con la demanda el tribunal de Venecia, fiel a la ley, debería necesariamente pronunciar sentencia en contra Antonio . (Acto cuarto escena I, Pag. 52)
Que mis acciones caigan sobre mi cabeza, dijo Shylock, exijo la ley, la ejecución de la cláusula penal y lo convenido en e documento (Acto cuarto escena I, Pag. 53).
La literalidad del pagaré
Ante el empoderío de Shylock, Porcia, revisa el pagaré, y avista que en el mismo se promete tres veces el pago del dinero. Frente a lo cual Shylock dice: un juramento es un juramento, he hecho un juramento al cielo (Acto cuarto escena I, Pag. 53).
Bien dice Porcia, “Este pagaré ha venido sin ser pagado y por las estipulaciones consignadas en él el judío puede, legalmente, reclamar una libra de carne que tiene derecho a cortar lo más cerca del corazón en ese mercader.” Sed compasivo le dice a Shylock, recibid tres veces el importe de la deuda. Déjame romper el pagaré. (Acto cuarto escena I, Pag. 53).
Shylock, refiere que el pagaré debe ser abonado conforme su tenor. Reclama la sentencia de acuerdo con el contenido del contrato.
Cuando Antonio, es expuesto con el pecho desnudo para que Shylock, ejecute la sentencia, Porcia advierte y dice a Shylock: “¿habéis contratado algún cirujano a vuestra expensas para vendar las heridas; a fin de que no se desangre y muera?. Frente a lo cual Shylock dice que ello no está consignado en el pagaré (pag. 54).
Porcia le señala que le pertenece una libra de carne del mercader. La ley se la da y el tribunal se la adjudica. Luego añade: hay todavía alguna otra cosa que decir. Este pagaré no te concede una gota de sangre. Las palabras formales son éstas:
“una libra de carne. Toma, pues, lo que te concede el documento; toma tu libra de carne. Ni una onza más ni una onza menos. Pero si al cortarla te ocurre verter una gota de sangre cristiana, tus tierras y tus bienes, según las leyes de Tenencia, serán confiscados en beneficio del Estado de Venecia” (Acto cuarto, escena I, pag. 55)
Shylock, ante esa amenaza legal se detuvo y pretende retractarse en la ejecución de la sentencia e intenta salir del Tribunal. Pero Porcia, lo increpa, diciendo:
Aguarda judío: la ley tiene todavía otra cuenta contigo. Está establecido por las leyes de Venecia, que si se prueba que un extranjero, por medios directos o indirectos, ha atentado contra la vida de un ciudadano, una mitad de sus bienes pertenecerá a la persona contra la cual se ha conspirado y la otra mitad a las arcas del Estado. La vida del ofensor dependerá de la misericordia del juez.(Acto cuarto, escena I, pag. 55)
El juez se pronuncia al respecto. Perdona la vida al judío, Shylock. Sus bienes, la mitad la puso en cabeza de Antonio y la otra mitad para el tesoro público.
A manera de reflexión
En el texto pone de manifiesto una promesa de pago, de las cuales hacen parte el pagaré. Responde a los principios rectores que, en manera alguna, pueden desconocerse. Dado que, por cuya virtud, se dimensiona los derechos y las partes vinculadas que deben atenderse y honrarse, consecuencia de la seguridad jurídica de que están dotados (C. de Co. art. 619). Sin embargo, en los acuerdo negociales, va implícito el respeto a los principios de legalidad del convenio. En procura de que con los mismos no sean lesivos de derechos legales.
Los pactos, pese a ser ley para las partes e imponerse su cumplimiento de buena fe (C. C. art. 1602), no admiten su observancia cuando su contenido trasgrede normas imperativas de orden legal y constitucional. En los convenios particulares no es admisible “… las leyes en cuya observancia están interesados el orden y las buenas costumbres” (C. C. art. 16).
Si el acuerdo lleva consigo la transgresión de derechos fundamentales como la vida de los contratantes. Esta clase de pactos no los tolera el ordenamiento.
Se pretendió ejecutar la cláusula penal literalizada en el pagaré. Pero, pero pese a la validez del excéntrico del pacto, el rodamiento jurídico de Venecia, no consideraba que, en su ejecución, se comprometiera derechos de mayor reconocimiento como la vida de Antonio; el deudor del pagaré.
He aquí estas reflexiones, que tiene relación con negocio causal, el derecho incorporado y la literalidad de los títulos valores.
Fuente
El Mercader de Venecia, Freeditorial
Importante apreciación